Ella entró en su despacho y se acercó para darle unos
papeles.
El se volvió hacia ella y le plantó un beso en los labios.
Dara le respondió rodeando su cuello con sus brazos, Jorge
se puso
en pié y la abrazó, fundidos en un beso, con los ojos cerrados. Sus
manos bajaron poco mas de su cintura.
Ella respondió con caricias en su espalda.
No corría ni el mínimo aire entre sus cuerpos, y el calor
era intenso
pero agradable.
Sus manos inquietas recorrían sus cuerpos, no contaba nada
más en
ese dulce momento, que ellos dos en silencio.
Ada 5/5/17