viernes, 9 de octubre de 2020

 

Antes de subir al avión que me llevaría a Nueva York, entré en la típica tienda del aeropuerto, llena de revistas, chuches y ¡libros!. Para coger alguno que me mantuviese entretenida durante el viaje, porque como sabes, son muchas horas y yo no suelo quedarme dormida en los aviones.  

Al entrar en la tienda de frente todo revistas de moda, en sus portadas los/las modelos más guapos/as. Me dirigí al estante de los libros, habían de muchos géneros, todos ordenados. Estuve ojeando algunos, hasta que me decidí por “El enigma de la habitación 622” de Joel Dicker.

Ya acomodada en mi asiento veo venir a un mozo guapísimo, alto, pelo castaño claro, ojos verdes, o eso me pareció, se acercaba mirando y sonriendo, yo cada vez más nerviosa y con una sonrisa tonta en la cara. Un chico de revista como las que había visto a la entrada de la tienda.

Llega hasta mí y me dice:

- Disculpa, tengo en ventanilla.

Su acento era extranjero, pero no me preguntes de dónde, ni idea, será de esos que viajan mucho y no se reconocen por aquí o allí, pero aire nórdico sí que tenía. Me quedé mirando como tonta, mientras él se colocaba delicadamente en el asiento de al lado. Yo seguía observando, pues “ estaba segura que la cara del pasajero que tenía sentado a mi lado, en el avión que me llevaba a Nueva york era conocida.


-¿Y…?


- Pues chica, que sin pedir permiso, me quitó el libro de las manos, sacó un bolígrafo y me escribió algo en él. Yo no le reproché nada. ¿Y sabes qué…? Era nada más y nada menos que !Joel Dicker¡¡¡¡¡¡¡ el autor del libro, me quedé sin palabras.


-¿Qué te dijo?

- Gracias por comprar mi libro.


https://es.wikipedia.org/wiki/Jo%C3%ABl_Dicker


Ada R.C. para “El club de los retos de Dácil”


  Antes de subir al avión que me llevaría a Nueva York, entré en la típica tienda del aeropuerto, llena de revistas, chuches y ¡libros!. Par...