¿Una cara?
Por fin llegamos a la casa nueva, bueno era una casa vieja
pero que habían reformado mis padres y nos mudábamos. Estaba cerca de un bosque
y un río que pasaba por detrás.
Subí las escaleras y había mucha luz en el pasillo ya que al
fondo había un gran ventanal. Desde él se veía todo el jardín que rodea la
casa.
Entré en mi habitación y ya estaban todos los muebles
colocados, sólo tenía que ir colocando la ropa, juguetes y libros.
Me tumbé en la cama y contemplé mi nueva habitación. ¡Me
encanta!
Ya por la noche, desde mi cama con la luz que entra por la
ventana pude ver una mancha de humedad en la pared. Esta comenzó a tomar una
forma inquietante. ¿Qué era aquello?
¿Una cara?
¡Oh Dios!
Tapé mi cabeza con las sábanas y no quise mirara hasta la
mañana siguiente.
Pero al despertar la mancha había desaparecido. ¿Cómo era
posible?
A la noche siguiente, al acostarme y apagar la luz, ahí
estaba otra vez, la misma cara pero esta vez sonreía.
Encendí la luz y sí, ahí estaba con cara de encandilada.
No sabía si gritar o contemplar. Lo cierto que no dije nada
y seguí mirando, hasta que escuché una voz que decía, ¿quieres jugar conmigo?
¡Ahhhhhhhhhhhhhhh!
Mi madre vino corriendo a ver que me pasaba, pero ella no
podía ver la mancha de la pared.
Noche tras noche, fui tomando confianza con la mancha, me
dijo que se llamaba Luisa, y poco a poco nos hicimos amigas, jugábamos hasta
que el sueño me vencía.
Para el club de los retos de Dácil: La mancha de la pared comenzó a tomar una forma
inquietante… ¿Qué era aquello?...
Ada 8/10/2017