A
la salida del teatro, ella mira su reloj, son las doce.
Baja
la escalera.
Él
la espera, levanta la mirada y la observa, suave, delicada.
Le
tiende su brazo, ella lo toma con recelo.
Brilla
la luna que ilumina las calles, se oye el murmullo del río, el canto de los grillos.
-
¿Te
ha gustado?
-
¡Sí!
Cuanta emoción cuando ella está mirando al mar y aparece él, la toma por la
cintura y por fin la besa.
-
¡Ay!
Es bellísimo.
En
ese momento, se paran bajo la tenue luz de una farola y se funden en su primer
beso.
Comienza
a llover y bajo el paraguas se abrazan…
Ada (30/11/2016)