Fijaste
la mirada más clara que el propio cielo
en
sus ojos tristes que buscan consuelo.
Tomaste
sus manos suavemente
deteniendo
el tiempo más allá del firmamento.
Guiaste
sus pasos a un mundo nuevo
donde
no existen lamentos.
Donde
entre susurros y caricias
afloran
sentimientos.
Son
esas manos y no otras
las
que provocan
las
que aprenden con el tiempo.
¿Serán
capaces de mantenerlo
Existirá
otro universo paralelo
lleno
tan sólo de esos recuerdos?
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