martes, 3 de diciembre de 2019

Reto: uñas, alpinismo, sidra y delirio.





Me había olvidado de arreglarme las uñas, había quedado a las ocho y media, ¡faltan veinte minutos! ¿Qué hago? ¡Dios!
Decidí retirar el esmalte viejo y pasar un poco de lima, sin volver a pintar.
Era mi primera cita con Manuel, nos conocimos el sábado pasado, me lo presentó mi amiga Esther.
Estaba tan nerviosa que me faltaba hasta el aliento, igual que aquella vez que  quise hacer alpinismo y no pasé de los diez metros de altitud. Cogí el bolso, móvil, gafas, llaves y salí al encuentro; repasaba todas mis cosas como si me faltara algo, ¡qué nervios! Mi mente no paraba de dar vueltas. ¡Uf! Debo frenarme un poco o voy a parecer una loca cotorra hablando.
Habíamos quedado en el bar de la esquina, cerca de la disco, para tomar algo antes, ya que era temprano para cenar. Sonaba “Me quedo contigo” de Rosalía, me encanta esa canción. ¿De qué vamos hablar primero? Yo seguía con mis delirios, cuando le vi llegar, sonriente, con su porte de galán, tan tranquilo, mientras yo casi me mordía las uñas, después de habérmelas limado.
-¡Hola! ¿Qué tomas?
-Sidra.
-Ponme a mí otra, gracias…
Ada. (3/12/19)
Para " El club de los retos de Dácil"





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