Atrévete:
No dejes pasar el momento,
sin decir lo que sientes, sin hacer lo que anhelas.
Cuando crees que las aguas se
han calmado y ha llegado el invierno a tu corazón.
Levantas la mirada clavándola
en mis ojos.
Y, ¿qué pasa?
Ese salto en el estómago, ese
revoloteo que sube hasta el corazón, te hace bajar la mirada, pensar:
¿Por qué no miras?
No quieres que termine, pero no te atreves a mirar de nuevo.
Es en ese momento que una de
las mariposas revolotea por tu cara y se escapa esa sonrisa delatadora.
¿Se ha dado cuenta?, te preguntas.
Es cuando vuelves a soñar.
Ada
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